La celebración del Chaharshanbe-surí o Miércoles de Fiesta

Lo que todos, pequeños y grandes, esperan, es la celebración de Chaharshanbe-surí o Miércoles de Fiesta o Miércoles Rojo.

Es la fiesta del fuego por excelencia y se celebra el último miércoles del año del calendario persa. Cuando el Sol, se oculta y la noche extiende su negro manto, encendemos las hogueras en lugares públicos, para celebrar el fin de invierno y las calamidades que le acompañan, para alejar la oscuridad -representante del mal en la mitología persa- y adelantar, de forma simbólica, el regreso del Soberano del Cielo.

Luego, saltamos sobre las llamas del fuego y cantamos los siguientes versos con la esperanza de que el próximo año esté lleno de salud, claridad y calor:

¡Tú color rojo para mí!

¡Mi color pálido para ti!

El hecho de que la fiesta del fuego se celebrase el miércoles, es decir el cuatro día de la semana en el calendario persa, es una imagen de traspasar de las cuatro estaciones del año y dar la bienvenida a un nuevo ciclo de la naturaleza.

Una vez que todo el mundo haya saltado sobre el fuego, dejamos que el fuego se apague solo, puesto que da mala suerte aplacarlo; una vez extinguido el fuego, un niño recoge las cenizas y las deposita en los bordes de las paredes de las casas del barrio, para que la salud no les abandone. 


Otros Rituales del Chahārshanbe-sūrí

Golpear ollas y cacerolas con cucharas; 

Al tiempo que unos siguen disfrutando del calor del fuego, otros practican la ceremonia de "Ghashogh Zani" que es golpear ollas y cacerolas con cucharas. La leyenda comenta que, en la víspera del año nuevo, los iraníes, en ese Día de Todos los Santos dejaban comida en los terrados al lado de una hoguera creyendo que los Farvahar, el alma de los muertos, regresaban a sus casas, para impedir las inundaciones primaverales y alejar los espíritus malignos.



Pedir Obsequios; 

Hoy en día las familias acuden a los cementerios y encienden velas sobre las tumbas de sus seres queridos, mientras los jóvenes y niños se disfrazan con sabanas -imitando a fantasmas- y a la luz de las hogueras, recorren las calles para ahuyentar al Mal, mientras golpean las puertas, pidiendo obsequios - principalmente "Ayile moshquel gosha" (literalmente significa "Frutos secos que solucionan los problemas"), una mezcla de siete frutos secos, a saber: pistachos, garbanzos, almendras, avellanas, higos, albaricoques y pasas, que se prepara y se reparte con la esperanza de que uno de sus deseos se cumpla.


Prever el futuro, escuchando; 

Otro de los rituales de Chahārshanbe-sūrí es "Fal gush". Este juego gracioso y divertido, que quiere decir algo así como "prever el futuro, escuchando" consiste en que la persona que tiene un deseo, se coloca en el cruce de un camino o detrás de una puerta para escuchar la conversación de las primeras personas que pasan de su lado; si lo que oye tiene una connotación positiva, piensa que su deseo se va a realizar y en caso contrario, ¡qué remedio que resignarse y abandonarse en manos del destino!


Estrellar botijos;

Otro componente curioso de Chahārshanbe-sūrí es estrellar botijos; en este ancestral ritual, una chica virgen -imagen de la Diosa Anahita-, desde una ventana, arroja a la calle una botija vieja, en la que anteriormente hayan depositado algo de sal, carbón y una moneda, diciendo "¡la mala suerte y las enfermedades en el botijo y el botijo a la calle!".